Marielis Méndez Lozada
Introducción a la Arquitectura
Profesor Javier Isado
15 de diciembre de 2012
Son notorios los diversos estilos que han
caracterizado la arquitectura ya sea por país, continente, época u otros elementos
que contribuyan a ello. Por eso, es
importante estudiar la historia de nuestros antecesores, sus ideas y conceptos
sobre lo que es este arte técnico. Para
demostrar esto, nada mejor que echarle un vistazo a la carrera de dos
arquitectos con estilos muy distintos, pero similares, Gaudí y Mies. Aunque parezca una paradoja, así es, porque
dentro de sus diferencias se puede encontrar una esencia un tanto compleja.
Antoni Gaudí fue arquitecto español que se
bandeó en el movimiento modernista el
cual tenía una gran capacidad para crear nuevas soluciones en esta disciplina,
rompía los moldes y se destacó por esa exquisita originalidad de concepciones. Hizo varios proyectos, pero después de
algunos trabajos extraordinarios se dedicó a la Sagrada Familia, una iglesia en
Barcelona, España, ciudad del artista. Gaudí
era muy detallista y a pesar de la complejidad de sus obras su conceptualización
estaba bien trazada y más que clara, la
misma tenía cuatro puntos importantes: forma, ubicación, textura y color. “La
forma se ha impuesto a la materia…”, este fue uno de los textos presentados en
la conferencia y a mi entender resume un poco la idea de este genio ya que él transmitió
a través de su obra y dio un sentido espiritual a sus creaciones que hoy día
son punto de aplauso y también de controversia.
En cuanto a la iglesia, este fue su más grande proyecto, lamentablemente
inconcluso. No obstante, en la
actualidad hay arquitectos que respetando el intelecto de Gaudí conmemoran y
honran su memoria culminando la construcción de la Sagrada Familia.
Ludwig
Mies van de Rohe, considerado como uno de los grandes y mayores arquitectos del
siglo XX junto a otros como Le Courbusier, Walter Gropius y el estadounidense
Frank Lloyd Wright, también comenzó con
aire neoclásico, pero poco a poco se fue inclinando por hacer creaciones más
revolucionarias. Se involucró en
proyectos que le abrieron paso en el mundo arquitectónico además de darle prestigio
y que luego fue la motivación de dejarle en sus manos encargos oficiales, pero
su consagración se produjo en 1929 con el Pabellón de Alemania para la
Exposición Internacional de Barcelona.
Esta pieza arquitectónica es considerada por muchos como su obra maestra
y en ella encontramos varios conceptos como la espacialidad, la integración del
exterior e interior, textura entre otros y por su puesto ese ya evidente
rechazo a lo neoclásico. Cabe mencionar que
su avanzado uso de materiales como hormigón armado, acero, vidrio, entre otros y la simplicidad caracterizó sus obras y le
dio formas casi lineales en las que se deslumbra la belleza; “less is more”
solía decir Mies.
Por supuesto que en todo debe haber
balance, y por algo los polos opuestos se atraen y es que a pesar de que estos
caballeros fueran tan diferentes a la hora de diseñar ambos tenían en mente en
aprovechar y darle importancia a la espacialidad, (cosa que debe tener en mente
todo aquel que quiera seguir esta disciplina).
Ambos, también se preocuparon por incluir la textura en su obra dándole
un papel importante. Es cierto que Gaudí
detallaba y hacía complejos sus proyectos, pero las obras de Mies
no eran tan simples como parecían puesto que este también cuidaba mucho
el detalle. Sí, ambos estilos muy
diferentes, no obstante, si profundizamos mejor nos daremos cuenta que tenían
muchísimo en común a la hora de tomar una "sketchbook".
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